martes, 22 de septiembre de 2009

DARK DUSK: CAPITULO XII


Aló?

Click... Nada... Pet, con una amplia sonrisa retiró el revolver de su sien y lo dejó, con un fuerte golpe, sobre la mesa.

-Ahora ya me debes cincuenta pavos.
-¡Joder! ¿Doble o nada?
-Mi padre me dijo que nunca me jugase la vida dos veces el mismo día, si no era necesario. Y pienso seguir su consejo, jajaja, además, no se trata de dinero Bob, sino de tener cojones - Pet dirigió una intensa mirada a Bob- y yo he demostrado que los tengo bien gordos.

Bob, fascinado por las palabras de Pet, lo miraba boquiabierto y con una cara que dejaba ver muy a las claras la bética devoción que sentía por Pet.

De repente, como poseído por una mística revelación, Bob cojió el arma, cerró los ojos y con todos los músculos del cuello en tensión, enseñando los dientes, tan apretados que parecía que se romperían en cualquier momento, concentrando todas sus fuerzas en el dedo índice de su mano derecha, apretó el gatillo...

-Ahhhh... Joder Bob ¿Qué te pasa?¿Estás loco?- Pet se hirió en la mano al evitar que el percutor golpease la bala.- Me cago en Dios, ¿No has visto la bala? te habría volado cabeza- De repente se puso a reír.- Jajaja, me cago en la puta, tu también los tienes cuadrados, jajaja, pero me sigues debiendo cincuenta pavos.

Pet se estaba poniendo un pañuelo en la mano para cortar la hemorragia cuando sonó el teléfono. Miró a Bob y se puso un dedo en la boca en señal de silencio. Cojió el auricular, con cara espectante, esperó a que alguien hablara al otro lado de la linea.

-¿Como ha ido el trabajo?- Una voz grave y con aplomo, una voz acostumbrada a mandar.
-Todo perfecto, recogimos el fiambre, a un invitado de la fiesta para que se comiese el marrón, y dejamos el paquete donde acordamos. Después hablamos con Nashville y le soltamos el rollo del FBI- Se notaba que Pet quería agradar, aunque le costase un poco mostrarse servil.
-¿Estás seguro de que todo fue bien?- La voz parecía agresiva.
-Por supuesto, el judío no se puede quejar, ha sido un trabajo "Kosher"- Pet estaba extrañado, y empezaba a mascar los problemas.
-¿Y si te digo que en el maletero solo había un muerto?¿Quiere eso decir que alguien se ha escapado? ¡Jodido hijo de puta!- La voz gritaba y Pet creyó que le llenaba la oreja de babas.
-No puede ser, tenía las manos esposadas-Pet sabía que la habían jodido mientras trataba de excusarse.
-¡Tienes que encontrar a ese cabrón y eliminarlo!
-¿Quieres que lo encuentre? lo haré, pero sabes que yo solo mato por asuntos personales.
-¿Pero qué estás diciendo, jodido idiota?- Dijo fuera de si. Entonces se oyó como si golpearan con el teléfono contra la mesa.
-Te digo que yo solo mato cuando yo quiero. No mandes a un jardinero a hacer el trabajo de un cristalero - Pet trataba de defender sus convicciones, aunque sabía que la cosa se estaba poniendo muy fea.
-Escuchame- La voz se serenaba, habló muy despacito y marcando las palabras, para darles más énfasis. -Creo que no lo has entendido, estás metido en un asunto muy personal. Como no te encargues de ese tipo, haré que te metan una bala de cañón por el culo... !Hijo de puta!

Pet solo acertó a decir:
-Si jefe.

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