miércoles, 8 de julio de 2009

Del Papa Comunista al Papa Negro

BENEDICTO XVI, el Papa Rojo

Con motivo de la actual crisis económica y con todo el retraso que puede permitirse un pontífice máximo, BENEDICTO XVI, ha tenido a bien, remitir a la humanidad una encíclica en la que con un ideario claramente Marxista, trata de prevenirnos contra el capitalismo salvaje, el exceso de burocracia y la ONU.

Para aquellos que desconocen qué cojones es una encíclica, os lo explicaré. Se trata de un intento Vaticano de dirigir los asuntos políticos, sociales o/y económicos del mundo. El Papa redacta una carta en latín (dicen las malas lenguas que por eso ha tardado tanto), idioma, ya de por sí, poco popular. En la susodicha carta (encíclica) vuelca todas sus inquietudes, en este caso económicas y en su ignorancia bendita, no olvidemos que Ratzinger no es precisamente un economista, nos ha presentado un manifiesto comunista, lo cual me parece muy bien, plagado de referencias a Dios y su todopoderosa imagen, esta última parte no logra más que confundirme...

De este modo el Vicario de Cristo en la tierra, nos ha dejado frases tan jugosas como: "El humanismo que excluye a Dios, es un humanismo inhumano", un redundante juego de palabras en el que pretende convencernos de la humanidad de un Dios, al que la iglesia nos ha obligado a ver como "Todopoderoso, omnipotente, omnipresente" y en definitiva, la hostia puta, lo que, de existir, lo convertiría en un ser evidentemente inhumano.

También ha planteado otras cuestiones que harían las delicias de todos aquellos situados más a la izquierda que el PSOE, como cuando afirma que: "Es una oportunidad (la crisis, se entiende) para redistribuir la riqueza con honestidad" desde luego, no se aplicará el cuento el señor Benedicto, porque su patria rebosa riqueza por los cuatro costados y en lugar de "redistribuirla" te cobran, y no poco, por el privilegio de observar sus tesoros.

Yo mismo podría gobernar el mundo... Por la gracia de DIOS

En otro párrafo propone que: "para gobernar la economía mundial, sanear las economías afectadas por la crisis [...] y lograr un oportuno desarme integral, la seguridad alimentaria y la paz [...] urge la presencia de una verdadera autoridad política mundial". Parece claro que se ofrece a sí mismo para el puesto de dictador global, o suavizandolo un poco el de REY del mundo, aunque es evidente que la voz del Vaticano ya no es lo que era (esa época ya pasó) y en el caso utópico, de que se crease ese puesto, tan solo habría un candidato posible... Barack Obama, ¿será Obama el Papa negro del que nos hablaba San Malaquias?

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